La creencia popular de fantasmas y apariciones viene de
centenares de años atrás. El hecho de creer que tenemos alma nos sugiere que,
tal vez después de muertos esa alma pueda regresar y hablar con nosotros desde
el Más Allá.
La casa de espíritus yeclana que más hisotrias nos da es “el
Hospitalico”. Como su nombre indica, durante muchos años se usó de sanatorio.
Hasta hace muy poco, el Hospitalico era la sede de la Escuela de Música.
Cientos de yeclanos de todas las edades aprendieron a tocar un instrumento en
su interior. Los pasillos eran estrechos, las aulas pequeñas y olía a rancio.
Un lugar idóneo para las historias de fantasmas.
Una de las más famosas nos dice que por la noche se escucha
un piano. Son muchos los profesores que no querían quedarse hasta tarde allí ni
ser los últimos en cerrar. La inquietud los envolvía cuando sabían que el
edificio estaba vacío y de lo más profundo de sus pasillos manaba el sonido de
un piano.
Otra historia que se repetía era la de una luz que se
encendía sola. Muchos testimonios aseguran que cuando miraban desde fuera hacia
el interior del Hospitalico veían una luz que no debería de estar allí,
concretamente en la zona de los baños. Los que se acercaron a sus pasillos
comprobaron que allí no había nada, ni siquiera un cristal que pudiese reflejar
una farola de la calle. Simplemente
había una luz que de vez en cuando se veía desde la calle y nadie sabía por
qué.
Fuente: Libro Misterios de Yecla de Claudio Cerdán.
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